El bajo en los años treinta
A mediados de la década de los treinta, el inventor y guitarrista Paul
Tutmarc, de Seattle (Washington), desarrolló el primer bajo eléctrico de
cuerpo macizo de la historia, un instrumento muy similar a los bajos
que conocemos hoy en día, que disponía de trastes y que había sido
diseñado para ser sostenido y ejecutado horizontalmente. En 1935, el
catálogo de ventas de la compañía de Tutmarc, Audiovox, ofrecía su
"violín-bajo electrónico", un instrumento de cuerpo sólido con un mástil
de 30 pulgadas y media que disponía de trastes.
El cambio de forma, acercándolo a una guitarra, hizo al instrumento más
fácil de transportar, y la adición de los trastes favoreció la capacidad
de bajistas y guitarristas de poder tocar afinados, haciendo del bajo
eléctrico un instrumento mucho más fácil de ejecutar que el contrabajo.
Sin embargo, el invento de Tutmarc no tuvo demasiado éxito, por lo que
su idea no fue retomada hasta principios de los años cincuenta.
fuente https:www.Clarin.com
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