viernes, 23 de octubre de 2015

Los años setenta
La años 70 asistieron a la fundación de la compañía Music Man por parte de Leo Fender, cuyo buque insignia era el modelo Stingray, el primer bajo producido en serie con electrónica activa, esto es, con un preamplificador incorporado que permite disminuir la impedancia de la circuitería de la pastilla incrementando el volumen de salida y posibilitando la ecualización activa del instrumento. Distintos modelos se fueron identificando con estilos de música particulares, y, así, el modelo 4001 de Rickenbacker se asociaba con bajistas de rock progresivo como Chris Squire de Yes, mientras que el Stingray de Music man se identificaba con el estilo funk del bajista de sesión Louis Johnson.

En 1971, Alembic estableció el patrón que identificaría a lo que desde entonces se ha venido en llamar "boutique basses", instrumentos de gama alta y elevado precio construidos a medida de los requerimientos específicos del cliente, que frecuentemente mostraban sofisticados diseños y elaborada electrónica, y que estaban construidos con maderas preciosas (o con otros materiales alternativos como el grafito) por luthiers especializados que usaban técnicas de construcción innovadoras como el diseño "Neck-thru" multilaminado, donde el mástil, en lugar de estar atornillado al cuerpo lo recorre en su integridad. Desde mediados de los setenta, Alembic y otras compañías (como Tobias o Ken Smith Basses comenzaron a producir bajos de cuatro y cinco cuerdas (una cuerda extra afinada en si grave); en 1975 el bajista Anthony Jackson encargó al luthier Carl Thompson la realización de un bajo de seis cuerdas afinado si, mi, la, re, sol, do.
Fuente info/9197736/El-Bajo-Electrico.html

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